martes, 13 de octubre de 2009

Tren Tren Vilu y Cai Cai Vilu



Este mito mapuche describe cómo en un tiempo remoto había dos espíritus muy poderosos encarnados en gigantescas serpientes: uno era Cai Cai o Cai Cai Vilu (espíritu de las aguas), que agitaba el mar y odiaba al género humano, y el otro, Tren Tren o Tren Tren Vilu (espíritu de la Tierra), que miraba con afecto al hombre desde la cumbre de un cerro.
Un día Cai Cai, se propuso destruir a todos los seres, haciendo subir las aguas del mar de manera que se ahogaran.


Tren Tren, que desde la cumbre observó la retirada del mar que precede a un maremoto, se compadeció de los hombres, les avisó y les aconsejó dirigirse hacia las montañas para salvarse (junto con los animales). Es por ello que hizo crecer el tamaño de los montes, mientras Cai Cai hacía aumentar el nivel del mar.


Muchos animales, como pumas, zorros, llamas, huemules, torcazas y chucaos, corrieron y volaron juntos para lograr salvarse. Sin embargo, el hombre fue más lento, porque algunos no querían dejar sus tierras o querían partir con todas sus pertenencias; otros no creían que vendría la inundación y decían que “ya lo pensarían” o que “no pasa nada”.
Así fue que las aguas comenzaron a subir arrasando con todo a su paso, ahogando a los confiados y a los lentos. A algunas personas Tren Tren los convirtió en aves, peces y lobos marinos.


Finalmente, solo un pequeño grupo llegó a la cumbre. Estos serían los antepasados de los mapuches. Sin embargo, se les impuso otro castigo: sacrificar a uno de sus hijos arrojándolo al mar. Solo así se logró calmar la furia de Cai Cai y las aguas retrocedieron lentamente hacia sus playas.



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